A ellos que
se fueron y a ellos que
vendrán;
Los poetas.
Ensangrentado cogí; una pluma y marchamos
El camino largo cimentado de blancas nubes
Blando el sendero bajaba, lento, ante mi ensueño
Letras ataviadas; erguidas, conglomeraban mi verso
Cicatrizaste mil heridas mías al verte yo nacer
Ágil; tan pronto retumbabas las aulas y la ciudad
Incomprendida; lloraste tu dolor mi linda poesía
Tinta de mi sangre; esas tus lágrimas muertas
Sin compasión; como flechas cargadas de furor
Te vinieron a reprochar una y otra vez
Sin compasión; como flechas cargadas de furor
Te lanzaron adjetivos una y otra vez
Miré sentaditas las tristes gotas de sangre
En el fondo melancólico de un tintero
¡Era real! incomprendida y olvidada mi poesía
Sin figuritas que embellezcan su presencia
Vuélvete a mí; unámonos pronto como cabellos
Vuélvete a mi; musa imaginaria, pluma enmudecida
Tintero; y con la tinta de esta mi sangre resucitada
Inmortalizaremos el poema romántico más real.
Nilthon Vílchez Bruno