La aurora selvática de tu piel
Esa noche; de ardiente desvelo
Purgando mis hormonales pasiones
DES
LI
ZÁN
DO
ME
Desplegado y ofrecido naufragué
Por esos delanteros, erguidos como nunca
Por esos pares metálicos colgados y flojos
Mujer, bendita era tu carnada
Bendita en la senectud
De mis atónitos
Movimientos.
El musculoso ferviente que pisaba
Las primeras primaveras de tu edén;
Para sepultar
La fuerza y el placer
El deseo y la intriga,
La pasión y el amor.
Entre las sábanas
Sábanas! ; donde recobrábamos
La vida.
Nilthon Vílchez Bruno.
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