El reloj en la pared me dice seis y treinta y dos de la noche, no creí que ya había llegado, éste día y su tristeza.
En medio de la algarabía de mis compañeros de salón, con los ojos llorosos me pongo a recordarte, a pensarte; en tu dolor ,en tu amor de siempre y en tu nombre lindo que me enseñaste a escricir así: Sofía.
Frente al blanco pizarrón ,estoy desesperado, esquivo y naufragando en mis ideas, desde la última semana y su último lunes al entrar como rutinario a las dos de la tarde al salón 207.
Frente al blanco pizarrón ,estoy desesperado, esquivo y naufragando en mis ideas, desde la última semana y su último lunes al entrar como rutinario a las dos de la tarde al salón 207.
Y ya es viernes ,ya nos van cerrar la puerta y sigo doblegando los recuerdos vividos en la Universidad a mil . Salgo así del recinto ,bajo las gradas del pabellón "B" naufragando como solitaria barca en el mar. Ahora me pongo claramente triste, mis ojos ya no quieren irse ni a bailar ni dormir. Yo no puedo etonces dejar de escapar el último día de universitario y me pongo a escribir del último día en este último Día ; sobre la carpeta y la Universidad, sobre el parque de la Integración y la biblioteca.
Paso a paso ya Bajo el umbral de la puerta principal estoy,indiferente ,tenue ,terco por salir ,surge el panorama nocturno y en primer plano los faroles amarillentos ,precisamente cuando el vigilante inspecciona el folder azul , En sielncio juro una dulce promesa : te amaré, te amaré aunque me vaya al paraíso o al infierno LITERATURA de mi vida.
Nilthon Vílchez Bruno.
Uncp -22/12/2009
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