Allá por los años noventa en la sierra Limeña, precisamente en Tinco, aquellos niños vestidos y revestidos de inocencia y alegría, vagabundeábamos como podíamos, nuestro Tinco es un pueblito vestido de pie a cabeza de romanticismo, como no recordar su enorme puente (colgante), apenas teníamos siete u ocho años ,lo cual era suficiente y necesario también para atrevernos a cruzar el puente colgante, Éramos niños llenos de alegría y nobleza ,niños llenos como todos en el mundo de sueños y de glorias futuras.
Recuerdo con ternura a nuestro juguete más preciado, una carreta, se parecía tanto a un carrito tronquero, hecha de pura madera, sentarte sobre ella y manejar a gran velocidad sí que era excitante, con caritas y manos sucias bajábamos llenos de leña con olor a plomo de Chumpe a nuestro Tinco, a veces me daba pena ver las llantitas de jebe de mi carreta ,dar vueltas a pesar de que ya no podían más con el peso agobiante que llevaba sobre su espalada .
De nuestros días de clase y estudio en la escuela Nº 20755,lo primero que me llega a la memoria es nombrar al profesor León Romero, aquel tipo era realmente diferente a la gama de profesores que ya habíamos conocido ,durante 4to, 5to, y 6to de primaria con León de maestro nos la pasábamos divertidos y locos resolviendo algunos problemas matemáticos de nivel secundario, de hecho que nuestro ego estaba por aquellos días por las “nubes”.
De futbolistas profesionales nos creímos ver en adelante entre los valientes y aguerridos muchachitos del 5to y 6to, quiénes conformábamos con honor la prestigiosa selección de fútbol de la escuelita 20753 de Santa Rosa de Tinco.
Describir el sentimiento al vestir la albi celeste y defender esos colores es indescriptible , aquel sentimiento que nos unía nos hacia grandes; era y creo con toda seguridad que es y será único en nuestras vidas, coger la numero “11” era fantástico, era un deleite, era como besar unos labios rosados llenos de amor , era una verdadera pasión vestirme de celeste y blanco ,algo tan agradable como beber la bebida de la santa cena y que aún no he vuelto a beberla .
Cuando enfrentamos a Yauricocha, una escuela fiscalizada, ese día demostramos nuestra hombría, a pesar de que el arbitro y el clima en los 4 670 m.s.n.m. estaban en nuestra contra ,sacamos fuerza de flaqueza, el flaco Edwar se cuadro bajo los tres tubos que eran los arcos, la defensa era un cuarteto infranqueable ; Ivan por la derecha, a la izquierda Basiles, Rubén al centro, todos ellos dirigidos por “Chicholina” Dimer de capitán.
La volante ,si señores la volante; ahí estaba yo por el lado izquierdo con la “11” sobre mi espalda acompañado por el “trucha” Rene de “10”, al costado de repartidor de pelota Kike , junto al “monito” Ronald.
Nuestra delantera era alineada por Genner el más flaco del equipo, sorpresivo y movedizo cerca al arco contrario; acompañado con la “9”en la espaldita de Tinqueño luchador el “loco” Miller.
Faltaban 2 minutos para entrar a definir el campeonato, como ya dije ,nada mas y nada menos que con Yauricocha,una escuela dizque superior a la 20753; León se puso pilas y al toque entonamos el himno para salir al gramado de tierra colorada , todos gritamos fuerte estas palabras: “ si quieres ser de Tinco macho tendrás que ser!! ,macho de pelo y pecho carajo!! , macho de corazón!! ; __¿Tinco!!? ---Campeón!!; ___¿Tinco!!? –Corazón, ___¿Él que diga que no?—sua sua!! sua!!...”.
Faltaban 10 minutos para el final y yo cobraba un Foul y escuche a León que la hacía de entrenador y barrista estallar con un grito las orejas del árbitro : árbitro ya es hora que tienes!! ,acaba el partido!! .Ganamos ese encuentro 1 a 0 a las 6 y 30 de la tarde; Tinco , la escuelita 20753 donde tan solo estudiaban 31 alumnos había derrotado y dejado sin pena ni gloria a los Yauricochanos beber las consecuencias de una derrota amarga, desde aquel evento futbolístico nunca me sentido tan contento y dichoso ganando un partido de fútbol , siempre recuerdo con nostalgia y alegría desbordante nuestra campaña como futbolistas de 11 u 12 primaveras, niños valientes, estudiantes y representantes de nuestra gloriosa e inolvidable escuela 20753 de Tinco.
Recuerdo con ternura a nuestro juguete más preciado, una carreta, se parecía tanto a un carrito tronquero, hecha de pura madera, sentarte sobre ella y manejar a gran velocidad sí que era excitante, con caritas y manos sucias bajábamos llenos de leña con olor a plomo de Chumpe a nuestro Tinco, a veces me daba pena ver las llantitas de jebe de mi carreta ,dar vueltas a pesar de que ya no podían más con el peso agobiante que llevaba sobre su espalada .
De nuestros días de clase y estudio en la escuela Nº 20755,lo primero que me llega a la memoria es nombrar al profesor León Romero, aquel tipo era realmente diferente a la gama de profesores que ya habíamos conocido ,durante 4to, 5to, y 6to de primaria con León de maestro nos la pasábamos divertidos y locos resolviendo algunos problemas matemáticos de nivel secundario, de hecho que nuestro ego estaba por aquellos días por las “nubes”.
De futbolistas profesionales nos creímos ver en adelante entre los valientes y aguerridos muchachitos del 5to y 6to, quiénes conformábamos con honor la prestigiosa selección de fútbol de la escuelita 20753 de Santa Rosa de Tinco.
Describir el sentimiento al vestir la albi celeste y defender esos colores es indescriptible , aquel sentimiento que nos unía nos hacia grandes; era y creo con toda seguridad que es y será único en nuestras vidas, coger la numero “11” era fantástico, era un deleite, era como besar unos labios rosados llenos de amor , era una verdadera pasión vestirme de celeste y blanco ,algo tan agradable como beber la bebida de la santa cena y que aún no he vuelto a beberla .
Cuando enfrentamos a Yauricocha, una escuela fiscalizada, ese día demostramos nuestra hombría, a pesar de que el arbitro y el clima en los 4 670 m.s.n.m. estaban en nuestra contra ,sacamos fuerza de flaqueza, el flaco Edwar se cuadro bajo los tres tubos que eran los arcos, la defensa era un cuarteto infranqueable ; Ivan por la derecha, a la izquierda Basiles, Rubén al centro, todos ellos dirigidos por “Chicholina” Dimer de capitán.
La volante ,si señores la volante; ahí estaba yo por el lado izquierdo con la “11” sobre mi espalda acompañado por el “trucha” Rene de “10”, al costado de repartidor de pelota Kike , junto al “monito” Ronald.
Nuestra delantera era alineada por Genner el más flaco del equipo, sorpresivo y movedizo cerca al arco contrario; acompañado con la “9”en la espaldita de Tinqueño luchador el “loco” Miller.
Faltaban 2 minutos para entrar a definir el campeonato, como ya dije ,nada mas y nada menos que con Yauricocha,una escuela dizque superior a la 20753; León se puso pilas y al toque entonamos el himno para salir al gramado de tierra colorada , todos gritamos fuerte estas palabras: “ si quieres ser de Tinco macho tendrás que ser!! ,macho de pelo y pecho carajo!! , macho de corazón!! ; __¿Tinco!!? ---Campeón!!; ___¿Tinco!!? –Corazón, ___¿Él que diga que no?—sua sua!! sua!!...”.
Faltaban 10 minutos para el final y yo cobraba un Foul y escuche a León que la hacía de entrenador y barrista estallar con un grito las orejas del árbitro : árbitro ya es hora que tienes!! ,acaba el partido!! .Ganamos ese encuentro 1 a 0 a las 6 y 30 de la tarde; Tinco , la escuelita 20753 donde tan solo estudiaban 31 alumnos había derrotado y dejado sin pena ni gloria a los Yauricochanos beber las consecuencias de una derrota amarga, desde aquel evento futbolístico nunca me sentido tan contento y dichoso ganando un partido de fútbol , siempre recuerdo con nostalgia y alegría desbordante nuestra campaña como futbolistas de 11 u 12 primaveras, niños valientes, estudiantes y representantes de nuestra gloriosa e inolvidable escuela 20753 de Tinco.
Nilthoncito Vílchez.
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