El camino largo cimentado de blancas nubes
Blando el sendero bajaba lento ante mi ensueño
Letras ataviadas; erguidas conglomeraban un verso
Cicatrizaste las heridas mías al verte yo nacer
Ágil; tan pronto retumbabas las aulas y la ciudad
Incomprendida; lloraste tu dolor mi linda poesía
Tinta de mi sangre era tus lágrimas casi muertas
Sin compasión; como flechas cargadas de furor
Te vendrán a reprochar una y otra vez
Sin compasión; como flechas cargadas de furor
Te lanzarán adjetivos una y otra vez
Miré sentaditas las tristes gotas de sangre
En el fondo melancólico de un tintero
¡Era real! incomprendida y olvidada mi poesía
Sin figuras que embellezcan su presencia
Vuélvete a mí; unámonos pronto como cabellos
Vuélvete a mi; musa imaginaria, pluma enmudecida
Tintero, y con la tinta de mi sangre resucitada
Inmortalizaremos el poema romántico más real.